Hoy me puse a hacer la cartelera del Bicentenario. Le hice un borde de papel fruncido y cuando terminé pensé: "Parece la bandeja de una torta de cumpleaños... Bah la dejo así, encima que la hago con amor y cariño a pesar de todo lo que tengo pendiente sobre mi escritorio... La dejo así."
A los cinco minutos pasa la seño Chechu y me dice: "Parece una blonda de cotillón, pero zafa..."
La miré con odio y abandoné la tarea. Tanta sinceridad derrumbó mis pocos buenos sentimientos.
A los cinco minutos pasa la seño Chechu y me dice: "Parece una blonda de cotillón, pero zafa..."
La miré con odio y abandoné la tarea. Tanta sinceridad derrumbó mis pocos buenos sentimientos.
¿Ve seño Popi? Para eso están las maestras de manual: Ud ocúpese de lo que hay en su escritorio y adyacencias sesudas, y ellas de las guirnaldas y carteleras.
ResponderEliminarNada se pierde, todo se transforma.
El pueblo brilló en el festejo.
ResponderEliminarLa lluvia se descolgó del brillo.
Me gusta la lluvia que recibe el pueblo festejando.
Los festejos lucen más cuando el brillo no encandila.
Brillantes, los ojos del pueblo, prometen otra luz para mirarnos.
jua, jua!!! iba en el otro... es que las maestras argentinas no tenemos mucho de ciber...
ResponderEliminarjua, jua! iba en el otro... las maestras argentinas tenemos poco de ciber!
ResponderEliminarla pifié de nuevo por duplicaciòn. No tengo remedio!!
ResponderEliminarFue original, a nadie se le ocurriría representar un cumpleaños con una bandeja. Todos optan por lo tradicional que es la torta y las velas . O no?
ResponderEliminarIgual fue con onda !