Hoy entré al aula de 6° y los chicos estaban leyendo un texto que les dio la seño de lengua. Se los notaba muy entretenidos pero como la maestra se dio cuenta de que mi intención era quedarme a compartir la clase, enseguida cambió la dinámica.
"Ya que vino la seño Popi, contémosle lo que estábamos haciendo en la hora anterior que es más divertido que vernos en una tarea tan silenciosa."
En realidad estar allí fue una gran dosis de sinceridad. Por un lado, los chicos leían sinceramente, estaban sinceramente concentrados en una tarea planificada con sinceridad. Aún el cambio de planes de la maestra me pareció sincero: "Cuando uno recibe visitas, se arregla y eso vamos a hacer."
Prefiero esa reacción a la de aquellas que se incomodan y no saben cómo hacer para que parezca que están trabajando arduamente, ustedes me entienden...
Yo, sinceramente, hoy la pasé muy bien.
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